lunes, 18 de noviembre de 2024

FRANCISCO SOSA & TOMAS OTERO: Un dialogo pictórico con contraposiciones y proximidades.

 

 A "Imagen e idea"  de Herbert Read, lo conocí por las clases de Abraham Haber. Así es como, comencé a comprender con el poeta y crítico inglés, el naturalismo y la abstracción presentes en el arte desde tiempos inmemoriales.  Las obras de Francisco Sosa y Tomás Otero, expuestas en la Galería Juana de Arte, se inscriben con su hacer bajo ciertos registros que me condujeron a evocar el libro de Read.




Francisco Sosa (n. 1984), ha dicho que cuando pinta “trabaja desde su cuerpo” y ello se ve reflejado en los barridos del pigmento y en las huellas de la espátula. Destaco, que habla de “desbrozar” al momento de realizar la obra: de quitar aquello superfluo e innecesario para preparar el “terreno” para lo nuevo. Sosa, profundiza indudablemente, en esencias de concepción naturalista de un paisaje, exaltando luces, reflejos y transparencias. Provocando una imagen, donde las formas se construyen bajo el dominio de pinceladas y texturas densas de óleo. Ya hace desde un tiempo, también vinculadas ambas cosas, a lo propio de ciertas experiencias textiles. “Tejo mis lamentos” (2022), me resulta un claro ejemplo de la mixtura del óleo, con las fibras tejidas que se sitúan hacia el pie de la montaña. En “Instrucciones para llegar a todo”, la figura, intenta tocar con sus manos los tejidos multicolores y una maraña de hilos. Pugna, por acercarse al “divino lenguaje abstracto del tejido”.




Para Tomás Otero (n 1976), el camino ha sido otro. La labor realizada, como asistente personal de Oswaldo Guayasamin en Ecuador, entre 1996 y 1999, con seguridad contribuyó a su pintura.  Así como también, la visión directa de objetos y arquitectura precolombina, al acercamiento a una imagen más abstracta. Sus series, a partir del 2010, lo muestran en su forma más actual: geometrías con una textura uniforme y precisa ;  de bordes netos y seguros. Son “ideas”, de algo que se muestra ya en su versión más completa y definida. Algunas de las obras de Otero, nos permiten rastrear componentes de regiones que conoció. Si considero “Desde el bosque” (2014)- que no forma parte de la muestra-  puedo entrever incluso una forma animal, entre la constante de las verticales de los árboles. En Nº 8 (Serie “Sueño primitivo”), me resulta más difícil vincular la irregular y sensible geometría con algo de la naturaleza. Pero, los colores y cierta curvatura me habilitan tal vez asociarlo con un río. 

Retomo a Herbert Read, en uno de los capítulos titulado “La imagen constructiva" , sostiene que tras el romanticismo ha primado la idea de reemplazar las formas “orgánicas” de Coleridge por las “geométricas” o esquemáticas (p. 194). Desde el hecho de confirmar tal mirada, es que se abren diferencias notables entre la pintura de Francisco Sosa y de Tomás Otero. Pero, intentando hacerlas dialogar -como propone ese segmento de la muestra- es que descubro que hay cosas que los unen a ambos. En Sosa, hay “geometría tejida” que lo relaciona con elementos pregnantes de la pintura de Otero. En este último, a su vez hay en ocasiones búsquedas, pese a la dura consistencia de la imagen, para reconstruir algo de lo “orgánico”. Pero sin duda, lo más contundente de ese posible diálogo, es la pasión que ambos tienen por el acto de pintar.


Jorge Jofre. Noviembre 2024.

 

Francisco Sosa y Tomás Otero exponen sus obras en la muestra “Lo mágico, lo real y lo imaginario”. Curaduría Ticiana Manero.

Galería Juana de Arte. Sarmiento 64. Martínez.

 

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